Escuela Secundaria

La Secundaria rindió homenaje a “un héroe de nuestra historia”, José de San Martín

Escuela Secundaria, 22/8/2019

Por: GELP

La Escuela Secundaria Dr. René G. Favaloro, realizó un acto homenaje al General José de San Martin al cumplirse un nuevo aniversario de su muerte. El encuentro estuvo coordinado por la Profesora de Historia, Julieta Alonso y contó con la colaboración de los alumnos de 6to año.

Imagen de la novedad

En este marco, los alumnos de todos los cursos disfrutaron de una propuesta lúdica para interiorizarse sobre vida del prócer. La competencia de preguntas y respuestas la ganó 3er año, por lo que recibieron un premio en reconocimiento a su conocimiento.

Por su parte la Profesora de Historia compartió unas palabras referidas a San Martín.

“En el día de hoy se conmemora a un héroe de nuestra historia, que no tuvo igual, no sólo en Argentina, y que es admirado en muchos lugares del mundo, debido a su rectitud, entereza, determinación pero especialmente por haber dado continuos ejemplos de pensar en el bien común antes que en sí mismo.

Pero no sólo el 17 de agosto se recuerda al más que reconocido héroe de nuestro país, sino que se rinde homenaje también al “soldado desconocido”, es decir a todos aquellos que entregaron más que su vida, porque mientras luchaban o se preparaban para hacerlo, sacrificaron todo. A ellos, a los sin nombres, a los que quedaron sepultados bajo los horrores de la guerra, incluso lejos de su tierra, a los que sus seres queridos no tuvieron una tumba donde llorarlos o llevarles una flor, a ellos queremos recordar hoy y rendirle el mismo homenaje que a San Martín, porque sin ellos, nuestro padre de la patria no hubiese podido hacer nada.”

La Docente también hizo un reconocimiento especial a la “madre de la patria”:

Estamos muy acostumbrados a llamar a San Martín “padre de la patria” pero ¿alguna vez se preguntaron si tenemos “madre de la patria”? Resulta que sí, pero su historia no es conocida. Gracias a que algunos historiadores actuales salieron al rescate de personajes tan importantes como desconocidos, es que ahora les vamos a contar quién fue:

“María Remedios del Valle, la madre de la patria”

En 1813, ya hacía tres años que María Remedios del Valle luchaba junto al General Belgrano y otros valientes en el Ejército del Norte. Se había sumado en Buenos Aires, donde había nacido, para participar en la expedición del Alto Perú junto a su marido, un hijo de la sangre y otro adoptivo. Desde entonces sí que esta afrodescendiente (o parda, como le decían), había visto cosas y soportado otras bien bravas. Ella, como muchas otras mujeres, acompañaba a la tropa alimentando a los soldados, curando heridos y también peleando junto a ellos, codo a codo. Así lo había hecho en Huaqui, cuando con sus compañeros de armas tuvieron que irse del Alto Perú y padecieron la tristeza del Éxodo Jujeño. En una de estas acciones, Remedios perdió a su marido y a sus dos hijos, sus tres hombres amados. Lejos de rendirla, el feroz golpe le dio tres nuevos motivos para seguir luchando, y eso hizo en Tucumán y Salta, donde con el ejército libertador conoció el dulce sabor de la victoria. Siempre junto a su general Belgrano, que le había hecho el honor de nombrarla capitana, siempre sacando fuerzas de donde ya no había.

Hasta que se sucedieron las trágicas derrotas de Vilcapugio y Ayohuma, en 1813. La capitana recibió una bala, fue capturada por los realistas y azotada públicamente durante nueve días. No se sabe cómo pero pudo escapar y volver a dar batalla, esta vez para hacer de correo, jugándose la vida cada vez que cruzaba el peligroso territorio ocupado por el enemigo para llevar noticias de un lado a otro.

Siete veces estuvo María Remedios en “capilla”, o sea, a punto de ser fusilada, y seis fueron las graves heridas de bala y sable que recibió su moreno cuerpo. Sin embargo, de vuelta en Buenos Aires, no le resultó fácil que la reconocieran como capitana y que le pagaran su sueldo. Y cuando lo consiguió, fue por poco tiempo. La patriota que había hecho toda la campaña del Alto Perú, que se había jugado entera por su patria, fue abandonada a su suerte y tuvo que empezar a mendigar. Cuentan que el general Viamonte, que había estado al mando del Ejército del Perú, se la encontró un día harapienta y limosneando, y al reconocerla exclamó: “¡Es la Capitana, es la Madre de la Patria!”. Luego, desde su banca en la Legislatura bonaerense, insistió para que se hiciera justicia con la querida María. Lo mismo hicieron otros militares que habían sido testigos de todo lo que esta mujer había dado por la libertad de este suelo. Finalmente, en 1828 le concedieron un mísero sueldo de capitán de Infantería. Dos años después, Rosas mejoró su situación dándole el grado de sargento mayor, por lo que María Remedios decidió adoptar un nuevo nombre: Mercedes Rosas, que mantuvo hasta su muerte, en 1847.”

Para finalizar alumnos de 6to año compartieron una poesía.

El soldado desconocido

Busco en un jardín de piedra
el cuerpo de aquel soldado,
que su vida se quedó
en un lugar olvidado.

Nadie nunca supo su nombre
que solo su familia conocía,
los mismos que le lloraron
cuando vieron que no volvía.

Jamás recogió medallas
aunque en guerras participó,
era ese hijo del pueblo
que igual que vivió murió.

Fue enviado a unas batallas
de las que él culpable no era,
a pelear con aquellos a los que
sus madres también esperan,
tan solo para satisfacer el egoísmo
de los que en la retaguardia quedan.

Son soldados de unas Patrias
con banderas diferentes,
pero en común todos tienen;
el amor hacia su tierra,
sus costumbres y sus gentes.

Ahora ya pocos les lloran
pues lagrimas pocas quedan,
nadie sabe dónde están
todos aquellos jardines de piedra,
donde descansan sin nombre
esos anónimos hombres,
¡los héroes de nuestra tierra!

Nota y fotos: Nahuel Giommi, Benjamín Patiño, Valentín González Neira, Otto Flores y Augusto Di Bastiano.

 

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