Fue el 30 de enero de 1994. Un Bosque repleto de hinchas de Gimnasia le dieron marco al segundo título oficial del club que se logró en el Torneo Centenerio de la Asociación del Fútbol Argentino con la histórica victoria ante River por 3 a 1 con los goles de Hugo Romeo Guerra. Pablo Fernández y Guillermo Barros Schelotto.

Con antecedentes en 1891 y desde el 21 de febrero de 1893, el fútbol argentino se organizó en asociaciones civiles sin fines de lucro que congregaron a los clubes. En un lapso de 41 años se produjeron divisiones y fusiones entre ellas, hasta la reunificación producida el 3 de noviembre de 1934 con la creación de la actual AFA, quién reconoció todo el proceso anterior como una unidad.

La estructura de sus Campeonatos Oficiales, reconocidos por FIFA, se basó en el Campeonato Oficial de Primera División y las Copas Nacionales Oficiales: el primero otorgó la “Copa Campeonato de Primera División”, obtenida por Gimnasia en el año 1929, y tuvo posteriores modificaciones como el Torneo Metropolitano, el Torneo Nacional, los Torneos Apertura y Clausura, entre otras. Las segundas complementan a esas competencias troncales, y a ellas pertenece el “Torneo Centenario de AFA”, la “Copa Argentina”, de reciente participación en la instancia final, y pertenecerá también la futura “Copa de la Superliga SAF 2019”.

El Torneo Centenario de la AFA

En conmemoración de los primeros 100 años de la fundación de AFA (1893-1993), durante la gestión de Julio Humberto Grondona, se decidió poner en juego el “TORNEO CENTENARIO de AFA”, con carácter de Copa Nacional Oficial de primera división; segundo título obtenido, y en condición de invicto, por el Club de Gimnasia y Esgrima La Plata. Su posibilidad de reedición será recién para el Torneo Bicentenario de la Asociación del Fútbol Argentino, dentro de 74 años.

Con perspectiva histórica, en el 25º aniversario de la concreción de aquella gesta, causa orgullo la huella dejada y otorga responsabilidad futura por su periodicidad y haber estado en el primer lugar en el momento indicado. Éste logro de la Institución se inscribe en el período de su Segunda Década Dorada

Formato y desarrollo

El espacio temporal para la competencia fue el intervalo entre los dos campeonatos, Clausura y Apertura, durante el mes de julio del año 1993. El Comité Ejecutivo reglamentó el Torneo el 16 de junio del mismo año (Boletín Especial Nº 2.282). Los 18 equipos de la temporada 1992/93 participaron conformando nueve parejas iniciales. No participaron los dos equipos descendidos.

Se comenzó por el plato principal, con un desafío innovador y muy atractivo: jugando los clásicos rivales de barrio a dos partidos eliminatorios. Definida esa instancia, se conformaron dos grupos: “Ganadores” y “Perdedores”, a enfrentarse en cancha neutral elegida por el mejor ubicado en la tabla del Torneo 92/93.

En el primer clásico en el Bosque, ganó Gimnasia (26/06/1993), con recordado gol de “sombrero” del Melli Guillermo, por 1 a 0. En la revancha, en 57 y 1 (04/07/1993), el empate en cero abrió la primera puerta hacia el camino de la Copa.

El Lobo de la Centenario nunca dejó el grupo de “Ganadores” y fue recibiendo a rivales que se mantuvieron en su zona por eliminar al resto: derrotó a Newell’s Old Boys por 1 a 0 con gol de Dopazo, en 57 y 1; a la Asociación Atlética Argentinos Juniors 2 a 1 con goles de Dopazo y Morant (gol clave, de cabeza), en Deportivo Español. En la Final de “Ganadores”, a Belgrano de Córdoba en una espectacular definición por penales (4 a 3), luego de empatar 2 a 2 en el período reglamentario con goles de Gustavo Barros Schelotto y Dopazo (a menos de 10 minutos del final), en el estadio Chateau Carreras.

Mientras tanto en la zona “Perdedores” River Plate, en gran arremetida, derrotó a: Independiente, Deportivo Español, Argentinos Juniors, San Lorenzo y, en la final de esa zona, a Belgrano de Córdoba, en Mendoza.

La Final, una Fiesta Tripera

La final encontró al Club unido y con objetivos comunes. El cambio de cuerpo técnico (Roberto Perfumo por la dupla Ramacciotti-Sbrissa) y el recambio de algunos jugadores (Montelongo, Cristante) no resintió la estructura que se venía construyendo, desde tres años antes, con la conducción de Gregorio “Goyo” Pérez y las participaciones en la Liguilla pre Libertadores 92 y la Copa Conmebol 92.

Todos, de alguna manera, fueron aportando su grano de arena para un GIMNASIA CAMPEÓN. En campo hubo jóvenes valores surgidos de las divisiones inferiores, una buena dosis de sangre charrúa, pizcas de genios Mellizos y jugadores con la siempre necesaria experiencia que dan los años y la gran cantidad de encuentros en su espalda.

Glorias a dos puntas: Francisco “Pancho” Varallo, mundialista de 1930 y campeón de 1929, engalanó el estadio con su presencia. René Gerónimo Favaloro, siguió las instancias del encuentro desde el exterior.

El partido fue intenso y de incidencias cambiantes, otorgando los condimentos para resultar inolvidable: la media vuelta de Berti; el penal atajado por Lolo Lavallén (el Evaristo Delovo de 1929); el cabezazo del camello Guerra, finalizando el primer tiempo; el tempranero empate de Villalba, con una definición de alto nivel; la arremetida del Moncho Fernández, en el corner ejecutado por el Melli; la expulsión de Hernán Díaz por agresión, y el contragolpe que sella el triunfo y marca el cierre del encuentro, a cargo de la figura de la tarde: Guillermo Barros Schelotto ( juego, dos asistencias y un gol determinante).

La vuelta olímpica continuó en las calles. El festejo íntimo del plantel fue en una quinta de Villa Elisa. Otra vez, en el verano, el fútbol tripero revolucionó a la ciudad de La Plata con el grito de “Dale Campeón!”

Por este logro a Gimnasia le asistió el derecho a participar de la Sanwa Bank Cup 1994 (Antecedente de la Copa Suruga Bank), en el Estadio Olímpico de Tokio, Japón. Donde enfrentó al primer campeón de la Liga japonesa, el Kawasaki Verdy, el 26 de febrero de 1994.

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