Hay regresos que trascienden lo deportivo y se convierten en símbolos. El de Ignacio “Nacho” Fernández a Gimnasia es uno de ellos. Porque volver a casa no es simplemente ponerse de nuevo la camiseta número 8: es cumplir una promesa, reencontrarse con su origen futbolístico, con la identidad tripera, con el amor de su vida deportiva, con la historia escrita en el corazón de cada hincha y con una familia que nunca dejó de esperarlo.
Durante la presentación, realizada mediante conferencia de prensa, el Presidente Carlos Anacleto fue el primero en tomar la palabra: “Es un orgullo poder presentar a Nacho. Tengo que agradecer la predisposición que tuvo para con nosotros. Esto se dio por las ganas que tenía él de venir. Sinceramente estamos trayendo un jugador de jerarquía que nos va a poder potenciar a todos los chicos que hoy queremos que se sigan desarrollando en nuestro querido Club”.
Luego, visiblemente emocionado, Nacho expresó: “La verdad es que esperé mucho este momento. Estoy muy contento de estar acá. Tenía definida la idea y por suerte lo pudimos lograr. Gimnasia era mi única opción porque yo quería estar acá. Les agradezco a la CD y a mi representante que hicieron un gran trabajo para que yo pueda volver”. El mediocampista zurdo firmó contrato hasta el 31 de diciembre de 2026.
Un camino tripero desde el inicio
Formado íntegramente en el Lobo, construyó en el Bosque los cimientos de una carrera marcada por el crecimiento sostenido y el mérito propio. Formado y criado en cada una de las sedes del Club, arrancando desde el Bosquecito, pasando por la pensión y la Sede de Calle 4, hasta Estancia Chica y el querido Estadio Juan Carmelo Zerillo; se ganó cada lugar con trabajo, compromiso y entrega.
Una historia de vida con el Lobo en el corazón
Nacido el 12 de enero de 1990 en Dudignac, llegó a La Plata siendo un adolescente para sumarse a las divisiones formativas. Desde aquel primer día se forjó un vínculo de pertenencia y amor que nunca se rompió.
Como integrante de la Categoría 1990, atravesó el último tramo de Infantiles y toda la etapa de Juveniles, hasta consolidarse en Reserva y soñar con la Primera. Ese sueño se cumplió el 2 de octubre de 2010, cuando debutó con la camiseta 32 ante Argentinos Juniors, bajo la dirección técnica de Pedro Troglio, figura clave en su desarrollo.
Luego del ansiado estreno en el máximo escalón del fútbol argentino y un breve -pero satisfactorio- paso por Temperley regresó a Gimnasia, que por entonces atravesaba su segunda temporada en la B Nacional. Con Pedro como director técnico, luchó por un lugar que se terminó ganando al punto de convertirse en una pieza fundamental del equipo que el 30 de mayo de 2013 obtuvo el ascenso a Primera.
Con el ascenso consumado, el desempeño y la trascendencia de Nacho siguió creciendo, y su notable rendimiento lo llevó a River Plate, donde sumó más de 300 partidos, 42 goles, 55 asistencias y 10 títulos, con la Copa Libertadores 2018 como emblema de una etapa histórica.
Su recorrido también incluye una destacada experiencia internacional en Atlético Mineiro, donde disputó 109 partidos, convirtió 20 goles, dio 21 asistencias y levantó cinco trofeos, entre ellos el Brasileirao 2021.
Volver porque el corazón siempre estuvo acá
Diez años después de su salida, con madurez, jerarquía y una trayectoria intachable, Nacho elige volver. Vuelve porque quiere cumplir su palabra. Vuelve porque sabe que Gimnasia lo vale. Vuelve porque este es su lugar en el mundo.
Bienvenido a casa, Nacho.
Ahora empieza otra historia.
La que volvemos a escribir juntos.
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