Más allá del resultado del encuentro que Gimnasia disputó ante Lanús el sábado 3 de abril en el Bosque – a esta altura anecdótico –, lo más relevante de la jornada giró una vez más en torno al semillero Mens Sana. Y es que tres jugadores formados en las inferiores del Lobo sumaron sus primeros minutos en la máxima categoría: se trata de Tomás Durso, Gustavo Areco y Fernando Martínez.

Durso, guardameta categoría 1999, llegó a Gimnasia en tiempos de Fútbol Infantil para desandar un largo camino vestido de azul y blanco. Junto a jugadores de la talla de Tomás Romero y Antonio Napolitano, el ensenadense recorrió cada instancia de las formativas hasta 2015, año en el que subió una categoría para defender el arco de la 1998. Junto a sus compañeros de aquella camada – Matías Melluso, Patricio Monti, Juan Cataldi y Matías Gómez – se coronó campeón de la Copa Integración 2016, siendo el guardameta titular. Sus buenas actuaciones lo llevaron, desde entonces, a ser considerado para defender el arco de Reserva y de la Selección Argentina Sub 20. En 2017, Mariano Soso lo convocó para realizar su primera Pretemporada de Primera y desde entonces trabaja con dicho grupo mientras alterna en el arco de Reserva con Nahuel Manganelli. Luego de formar parte de varias convocatorias con el plantel superior, cumplió con su ansiada meta durante la tarde del sábado 3 de abril, al completar los 90 minutos contra el Granate.

Al igual que Durso, Fernando Martínez forma parte de la estructura futbolística del Lobo desde tiempos muy remotos, precisamente desde los primeros años de Fútbol Infantil. Junto a Bautista Barros Schelotto, Néstor García Martinoli, Matías Miranda, Tomás Cataldi y Sebastián Cocimano, entre otros, Manteca recorrió cada instancia formativa, siempre recorriendo la banda derecha. Gracias a su enorme despliegue por el carril diestro, a pura velocidad y entrega, el lateral platense logró convertirse desde un tiempo a esta parte en un habitual jugador de Reserva. Fue por tal motivo que cuando se jugaban cuatro minutos del complemento frente a Lanús, la dupla lo mandó a la cancha para reemplazar a Marcelo Weigandt.

Por su parte, a pesar de haber nacido a aproximadamente 975 kilómetros de La Plata, Gustavo Areco fue adoptado por la familia Tripera cuando en 2016 desembarcó desde su Corrientes natal para desempeñarse en la Séptima que por entonces dirigía Enzo Leonardo Noce. Con la 2000 Mens Sana vivió momentos únicos, dentro de un grupo que supo tener varios picos de rendimiento y, fundamentalmente, una sana y exigente competencia en la zaga central con jugadores de la talla de Bruno Palazzo y Néstor García Martinoli. Con una altura de 1,84 metros, el zaguero correntino logró destacarse por su buena presencia en el fondo y su salida prolija. En 2018 debutó en el Selectivo, de la mano de Lea Martini y Messera, y desde entonces suele tomar participación en cada uno de los encuentros del Selectivo. Al igual que Durso, Areco disputó todo el cotejo frente al elenco del Sur del Gran Buenos Aires.

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