Voley

¡Gracias, Tati!

Tripera, desde la cuna. Allá por el 2005, Alicia Casamiquela la invitó para sumarse al equipo mientras la veía jugar en la sede. Ese fue el inicio, el arranque de una relación que iba a tener alegrías y tristezas, logros y lesiones, como cualquier vida de deportista, pero más aún de una que tuvo, tiene y tendrá los colores azul y blanco tatuados en su piel. Tatiana Vera, emblema de las Lobas, da sus últimos pasos en La Plata, ya que próximamente se irá a jugar a España.

Una noticia que se fue confirmando con el pasar de los días. Vera jugará con su compañera Sofía Bulgarella, otra Loba, en el Haro Rioja en la Superliga de España. Su último encuentro con Gimnasia será en el clásico platense ante Estudiantes, a jugarse a final de este mes.

Campeona en Inferiores y con Mayores. Nivel de Selección, viajes con la celeste y blanca. Desde tener algunos minutos partiendo del banco en División de Honor con menos de 20 años, a ser titular y hasta volverse capitana del equipo. La 10 en la espalda la acompañó, y también la hizo símbolo en la tribuna del Polideportivo Víctor Nethol. Lugar en donde quizás dio la pelota más recordada por el público tripero en éstos últimos años. El pase a Graff para levantar una nueva copa…

Eran las 20:40 de la noche del 13 de abril. 24-17 marcó el tablero. Vera al saque. René, desde lo alto, le dio el ok. Silbatazo y a jugar. Una, dos, tres, cuatro, cinco, las veces que la armadora picó la pelota al suelo. Tomó posición y lanzó. Piccolo, por el centro, recibió una que fue fácil, sin exigencia. Curatola, armadora velezana, dispuso el esférico para el ataque de Pérez. La capitana metió un fortísimo remate que recibió Rivas, la otra con la cinta en la camiseta. Tras eso, otra vez la número 10 armó una de las tantas pelotas que le dio a la venezolana.

Atacó García Croquer, suave con su mano derecha, a la cual llegó González a defender. La venezolana volvió a tener el esférico en sus manos porque el mismo pasó de bando, se la cedió a Vera y la lúcida armadora buscó a la embalada Graff que arrasó con todo lo que había por el centro. Con la pelota en lo alto, superando la altura del fleje, la número 7 impactó con su mano derecha al balón de colores celeste y blanco. Y con una trayectoria en diagonal rumbo a posición 1, aquel rincón desprotegido, la misma tocó el suelo y generó un aullido estruendoso de 3.000 personas al unísono. El aullido de campeonas.

Esa pelota, ¡qué pelota! Quizás, el mejor recuerdo que tenga o uno de los más importantes. Más allá de los que ella guarde tras haber vestido la camiseta argentina. Pase que les dio la chance de volver a los certámenes internacionales, regresar a Brasil, ser defensoras de un torneo, tener el peso de que todos los demás equipos le quieran ganar. Poner a Gimnasia entre los más ganadores del país. Vera, ahí ya con la cinta que le dejó Rocío Rivas empezó a tener un 2018 que se transformaba en boleto a tomar otras experiencias. Boleto que se transformó a salir por primera vez de la ciudad, de su primer y único club. Hasta hoy.

Llamó la atención de Alicia Casamiquela allá por el 2005, tuvo el lujo de ser dirigida por la madre del vóley y creció. Fue parte grandes planteles, aprendió de experimentadas jugadoras, pasó por lesiones pero también festejó torneos. Festejó varios clásicos, pero también le tocó perder finales. La vida de una deportista que, si se puede decir, jugó en el patio de su casa…

Desde Gimnasia, te deseamos lo mejor Tati. ¡Y qué mejor que ver los colores azul y blanco en diferentes partes del mundo!

Nota: Sergio Pomares – Colaborador.

Más noticias

Noticias relacionadas

Más noticias de este deporte