En el Loboshop está disponible el libro que retrata la historia personal de Héctor Atilio “Cacho” Delmar, cinco veces Presidente del Club de Gimnasia y Esgrima La Plata y con una fuerte ligazón con la Institución Tripera desde muy pequeño. La obra literaria fue encargada por la familia Delmar al periodista Gabriel “Colo” López (por especial voluntad su hijo Marcelo), con edición de Ariel Hendler y Pablo Morosi.
La compra del ejemplar -tiene un valor de $6.900- que cuenta la singular vida del máximo responsable del Lobo en distintas oportunidades, y que además fuera deportista de la Institución, implica una contribución para el Básquet Infanto-Juvenil.
Como reseña, la contratapa de la obra reza: “Héctor Atilio “Cacho” Delmar nació en Ensenada, Provincia de Buenos Aires, en 1927. Se crió en el seno de una familia de inmigrantes, con ejemplos de trabajo, perseverancia, honradez y fuerte aprecio por los valores familiares. A poco de mudarse a La Plata, en 1932, se suma a la colonia de verano del Club de Gimnasia y Esgrima La Plata, donde tuvo una destacada participación como deportista y luego como dirigente. Siguiendo los pasos de su padre se convirtió en exitoso empresario de la indumentaria, donde su empresa homónima llegó a vestir a la aerolínea de bandera. Años más tarde accedió a la Presidencia de Gimnasia y Esgrima La Plata durante la peor crisis deportiva e institucional, consiguiendo el retorno a la primera división durante el primer año de su mandato. Fue reelegido cinco veces presidente y una como vicepresidente, siendo a la fecha el presidente más longevo en la historia del Club. En el año 1979, en reconocimiento a su activa colaboración con la colectividad italiana, la República de Italiana lo distingue como Cavaliere dell’ Ordine al Merito della Repubblica Italiana. Años más tarde, en 2016, fue declarado Ciudadano Ilustre de la ciudad de La Plata. Cultivó el diálogo, la amistad, el respeto y fue un forjador de consensos en búsqueda de conseguir soluciones superadoras. Falleció en La Plata en octubre del 2020 luego de contraer COVID-19.”
En el interior, a modo preliminar, se pueden leer palabras de Marcelo Delmar que reflexionan: “A medida que fueron pasando los años pude conciencia de la magnitud de los logros de mi abuelo Julio Delmar, y de mi padre, Héctor Delmar, ambos acompañados por mujeres excepcionales que le permitieron sobresalir, mi abuela, Pascuala Matelicani, y madre, María Nélida Amado. Sentí entonces la necesidad imperiosa de que toda esta historia fuese documentada para que no se perdiera en el tiempo, y mucho luego que, en 2016, Cacho fuera declarado Ciudadano Ilustre de La Plata. Fue así como logré convencerlo, ya en sus últimos años de vida, de que empezara a volcar sus memorias, aunque nunca pude conseguir que se abocara a la tarea de una forma sistemática y ordenada. Luego, en 2017, comenzaron sus problemas de salud, entonces opté por encomendar una crónica al periodista Gabriel López. Tras el fallecimiento de Cacho, en octubre de 2020, se profundizó el deseo de concretar este libro, que por suerte hoy podemos ver hecho realidad. He impulsado esta obra, en primer lugar, pensando en que mis hijos puedan conocer la historia de su familia y los esfuerzos que hicieron sus antecesores por su porvenir. Estas páginas también están destinadas al pueblo gimnasista, como testimonio de su propia historia, y a mi querida ciudad de La Plata, a cuyo esplendor mis antecesores hicieron un valioso aporte.”
En tanto, en el Capítulo “El Objetivo del Ascenso”, se relata los momentos previos y la asunción como Presidente de Gimnasia, en especial esta última parte, que será el principio de un largo recorrido como máximo responsable de la Institución Tripera puede encontrar en las páginas 163 y 164: “Es el atardecer del lunes 7 de noviembre de 1983. Héctor Delmar, de 56 años, lleva un traje hecho a medida de shantung de seda natural italiana combinado con una corbata a rayas. No va a un desfile sino a inaugurar su gestión como presidente de Gimnasia y Esgrima La Plata en la sede de calle 4, donde medio siglo atrás entró de la mano de su padre para inscribirse en la colonia de verano. Sube con impulso entusiasmo las escaleras que conducen a las oficinas del primer piso donde, pese a su acostumbrada puntualidad, ya lo esperan varios miembros de la Comisión Directiva. Hay saludos efusivos y presentaciones entre algunos integrantes de la nueva conducción que no se conocen entre sí. Ese día quedó conformada la mesa directiva integrada, además, por Carlos Tejo, Carlos Altuve, Jorge Antonucci, Rodolfo Montalvo, Carlos Asnaghi, Francisco Terrier, Juan Carlos Cairo y los contadores Roberto Vicente y Juan Carlos Alardi.” y sita un momento específico del logro vendría un tiempo después de la mano de Nito Veiga “Apenas entré les dije: ‘Aquí hay que poner el hombro todos los días, hay que venir a trabajar por el club. Si no ganamos el ascenso en el primer año, estamos muertos’. Esa fue la condición”, contó alguna vez.
Los hinchas y socios Triperos no se pueden perder las vivencias de “Cacho” Delmar junto al Lobo y en el importantísimo rol comercial que supo tener tanto dentro como fuera de nuestra ciudad. Todas anécdotas contadas por él mismo y por quienes los rodearon hasta el último de sus días.
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