Fútbol Femenino

Del barrio a Ezeiza

Ezeiza, 7/3/2019

Por: GELP

Tras la citación a la Selección Argentina Sub-20, Milagros Díaz repasó su historia en el fútbol, lo que representa Mauro Córdoba en su carrera y el presente del Lobo en la Primera B.

Imagen de la novedad
Una pelotita de tenis y un cajón de leche fueron el inicio de la pasión por el fútbol y de los sueños para la actual capitana de las Triperas. Hoy, con 19 años, actuaciones de alto nivel y goles singulares que evidencian su calidad y jerarquía, la mediocampista albiazul recibió una nueva convocatoria para vestir la celeste y blanca. La personalidad e inteligencia para jugar a su corta edad y sus cualidades técnicas fueron fundamentales en un camino como futbolista que recién comienza.
Además, Milagros Díaz se transformó en la segunda jugadora del Club en lograr este hecho: la primera había sido Antonella Guarracino (hoy en el Futsal de Gimnasia) en 2004, cuando fue convocada a la Sub-19.
¿Cuándo comenzó tu pasión por el fútbol?
Desde chica era muy pegada a mi hermano menor. Me acuerdo que nos levantábamos a las diez de la mañana sólo para jugar al fútbol en la calle con una pelotita de tenis y un cajón de leche. Siempre era el mismo equipo: dos contra uno. Mi hermano era el ‘crack’ y por eso jugaba solo; en el otro equipo estábamos mi primo y yo. Los resultados eran variados, no siempre ganaba el mismo. Cuando nos queríamos acordar eran las once de la noche y se escuchaba el grito de mamá que nos llamaba para irnos a bañar y cenar. Así eran todos los días, no me cansaba nunca y hoy la verdad que lo extraño un poco. Mi papá me dice que nunca me olvide eso.
¿Cómo comenzaste a competir en equipos de AFA?
A los trece años fui a un club de barrio (Catella), donde estuve hasta los dieciséis. Salimos campeonas tres años consecutivos y quería buscar algo más exigente, otro tipo de competencia. Un día me invitaron a jugar un partido relámpago y había jugadoras de Villa San Carlos, una de ellas era Romina Puccio (hoy compañera en Gimnasia) y me invitó a probarme. Así fue como llegué a Berisso, donde conocí a Mauro Córdoba.
No podía asistir mucho a los entrenamientos de cancha de 11 porque iba a un colegio técnico y estaba desde las 7:00 hasta las 18:00 pero me dio la oportunidad de trabajar en el gimnasio y entrenar los viernes en la cancha. Me acuerdo que mandaba videos al grupo del plantel para que las chicas sepan que yo iba a entrenar y las cosas sean justas para todas. Después, se dio la posibilidad de venir a Gimnasia junto a Mauro.
¿Qué representa Mauro Córdoba en tu carrera?
Mauro es una persona muy importante para mí. Trabajamos mucho tiempo juntos y todo lo que soy como futbolista es gracias a él y al trabajo que hicimos. Quiere seguir creciendo como persona y profesional y eso es algo que me llama mucho la atención, me veo reflejada en eso. Además lo respeto y admiro muchísimo.
Con respecto a la Selección Argentina, ¿cómo te enteraste de la citación?
Me enteré por Analía (ayudante técnica), que me mandó un mensaje avisándome que nuevamente me querían convocar para la Sub-20. Lógicamente la noticia me puso muy feliz y con ganas de seguir creciendo.
¿Qué recordás de tus primeras experiencias en la Selección?
Después de tanto trabajo y preparación, a los diecisiete años tuve mi primera convocatoria. Llegar al predio de Ezeiza, ver la ropa de Argentina y que todo esté preparado, fue una alegría inmensa. En enero del 2018 viajamos a Ecuador a disputar el Sudamericano, fue una experiencia única. Y a fines de mayo tuvimos los juegos en Cochabamba (Bolivia). Durante el primer partido, con el estadio explotado de gente, llegó el momento del himno y me temblaba todo el cuerpo, no sabía si lo que me estaba pasando era real. Una locura total.
¿Cómo es tu juego en Gimnasia y la Selección Argentina? 
En Gimnasia juego de interno. Me gusta estar siempre en contacto con la pelota y Mauro me pide que marque los tiempos del partido, que meta pelotas filtradas para los extremos, la nueve o el otro interno. También, que haga jugar al equipo, tenga tenencia de pelota y, si hay espacios, que le pegue al arco.
En la selección juego de cinco posicional, donde tengo que distribuir la pelota, ser rápida con los pases. Además, tengo la función marcar en todas la pelotas y estar bien posicionada.
¿Cómo ves al Lobo en este 2019?
Somos un equipo que trabaja mucho, con un grupo muy unido y que tiene demasiado compromiso. Eso es fundamental para afrontar lo que viene y conseguir el objetivo que nos propusimos.
Con Luján hiciste un gol particular, pegándole de zurda a un tiro libre siendo diestra. ¿Por qué tomaste la decisión de esa ejecución?
Siempre que termina el entrenamiento agarro algunas pelotas para practicar tiro libres. Lo hacía con la derecha y veía que no me salía entonces quise probar de zurda. Cuando lo hice, la pelota pasó cerca del ángulo y decidí practicarlo en la semana. En el partido quedó un tiro libre del lado derecho (para pegarle con zurda) y pensé: ‘listo, tiene que ser esta pelota’. Cuándo le pegué y terminó en gol no lo podía creer.
Ahora se viene Real Pilar, uno de los candidatos al ascenso. ¿Qué partido esperas y dónde creés que estará la clave?
El partido contra Real Pilar lo veo peleado pero confío en que vamos a hacer un buen trabajo. En lo personal creo que es un partido accesible dónde tenemos que estar concentradas desde el primer minuto, presionando siempre la primera y segunda pelota y siendo inteligentes en el momento de convertir.
Nota: Gonzalo Velazco – Colaborador.

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